por Rodolfo Manino Iriart
Como bomberos piromaníacos, los funcionarios de la actual gestión nacional corren a apagar incendios de los fuegos que prenden cada día. Suben los precios del supermercado y lanzan una web para controlar las subas. Le quitan remedios del listado gratuito del PAMI a los jubilados y presentan beneficios impositivos para los que ganan la jubilación mínima. Incrementan los servicios de luz y gas y anuncian exenciones para los que no pueden pagar.
Este estilo de gestión va siempre detrás de los problemas, pero en este caso, además son decisiones que el propio Ejecutivo toma perjudicando en sus políticas a las personas que menos ingresos tienen.
Como suele suceder en estos casos, la expresión social de las malas decisiones se da en los lugares de uso comunitario. Los clubes de barrio fueron (por suerte) una vez más el megáfono que amplificó un problema que perjudica a gran parte de la comunidad.
En nuestra ciudad hay decenas clubes de barrio que cada día abren sus puertas gracias al esfuerzo y pasión de héroes anónimos que vuelcan horas de su vida a éstas instituciones para beneficio, sobre todo, de chicos y jóvenes que crecen en un contexto familiar con la cultura del deporte como marco. Hoy, estas entidades están en riesgo.
Las tarifas de luz ya han producido la suspensión de actividades nocturnas y ponen en duda la continuidad de la agenda completa, ante la amenaza del corte de energía producto de la imposibilidad del pago de las facturas, que se han incrementado un promedios del 500 por ciento.
Más allá de lo deportivo, los clubes cumplen un indispensable rol institucional y de contención social. Sabemos que a través del deporte se aleja a los chicos de las drogas y otras adicciones. Son ámbitos de contención para sectores más vulnerables. Son lugares de inclusión.
Como Diputado, y desde antes como Director provincial de Subsidios y Subvenciones, vengo trabajando en distintas líneas de acciones para favorecer y fortalecer el desarrollo de los clubes.
En 2014 presenté un proyecto de Ley de Clubes de Barrio que obtuvo media sanción en 2015 al ser aprobada por la Cámara de Diputados. Fue impulsada por el gobierno de Daniel Scioli y contó con el vital apoyo de la Unión Nacional de Clubes de Barrio. A su vez, nosotros dimos respaldo a la sanción de la ley nacional, que esperamos sea reglamentada.
En nuestra ley se establecen disposiciones para “el fomento, promoción y protección permanente e inmanente de los clubes de barrio”.
La iniciativa contempla distintos puntos de interés, entre los que se encuentra “promover programas de medicina preventiva, garantizando el acceso a la información a la salud” y “colaborar en la formación dirigencial y la organización de las diferentes áreas de actividades deportivas, recreativas, sociales y culturales de los clubes de barrio”.
Los principales beneficios de la normativa son, la posibilidad de acceder a tarifas sociales o beneficios especiales en los servicios públicos del agua, gas y electricidad. Lograr la sanción definitiva dotaría a la gestión de María Eugenia Vidal y a los distintos intendentes de herramientas para empezar a resolver el problema. En los próximos días nos volveremos a reunir con dirigentes de clubes de toda la provincia. Nadie puede hacerse el distraído, y es por eso que a través del concejal Balut Tarifa Arenas se presentó un proyecto de ordenanza en General Pueyrredon para adherirse a la Ley Nacional 27218 mediante la cual se establece un Régimen Tarifario Especifico de servicios públicos para Entidades de Bien Público. Ideas y acciones que les ofrecemos a los Gobiernos municipal, provincial y nacional para que empiecen a apagar el incendio que ellos mismos prendieron.
(*): Diputado provincial. Autor del proyecto de Ley de Clubes de Barrio.